viernes, octubre 29, 2004


El otro dia Rivas vino a casa con esta foto. Es del viaje de egresados de noveno, en las cataratas. De izquierda a derecha estamos: quien escribe, el de Córrea, Riv y +til Perez.

Correa está enojado conmigo, por una historia que no solo me da fiaca contar, sino que una cuota de vergüenza tambien; y que voy a exponer en este espacio que me da esta gente tan amable que hostea este blog tan poco leido.

Romina, la hermana de Pablo, de formas que no voy a mencionar ya que no hacen a la historia ni mucho menos; empezó a demostrarme que había un feeling. Y yo, como gran boludo, le di bola.
Pero habia un problema: yo tenia novia. Entonces, despues de la historieta, Romina me seguia llamando; a lo que respondí con un llamado explicativo de "vos sabes como son las cosas... sabias de antemano que yo tenia novia, perdoname, pero mejor dejemos las cosas así"
El intento de aclarar las cosas no fue mas que otra equivocación de las que abundan en la vida del ganso este de muá. Romina, con la sangre en el ojo, fue y le dijo a Pablo Martín que yo la llamé, la insulté, le dije que la habia usado y que se yo cuantas cosas mas... y ninguna es cierta. Solo es cierto que la llamé, pero solo para cortar la secuencia por lo sano y evitar que pase lo que, inevitablemente, pasó.

Pero ¿qué iba a hacer Correa? ¿Creerme a mi, o a la hermana? Obvio que a la hermana; por lo que se enojó (y mucho). Una, dos, tres y no se cuantas veces mas le pedí disculpas... sin haber hecho nada malo. Conste que yo no violé a nadie.

Un gran error de parte mia, seguido de una gran desubicacion de parte de Romina, sumado a un gran enojo de Pablo Martín. Un enojo erróneo, pero muy bien justificado desde su punto de vista... el le creyó a su hermana; en su lugar yo hubiese hecho lo mismo.

No hay un medio para comunicarme con él, ahora; pero si pudiese le diria otra vez lo que tantas veces le dije: perdoname, Correa.

Una vez me preguntaron si lo extrañaba. Cada uno sabe.

Perdoname.