Miles de días han pasado, y he vuelto a usar zapatillas. Bueno, tantos no. Algunos días, nomás. Pero hoy, con la vuelta de las zapatillas, me han saludado y dicho buen día dos pequeños dolorcitos; uno en cada pie.
El diestro, del dedo gordo, que fue doblado hacia abajo. El zurdo, una torcedura de tobillo. Hacía días no sentía esos dolorcitos; pero hoy han vuelto.
Supongo que no les gustó que vuelva a encerrarlos. Voy a descalzarme.
Artículo 19 Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.
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