domingo, mayo 16, 2004

Gris

Te llamé, mas tarde de lo que debía.
Te llamé, me antendiste, me agradeciste el llamado.
Estabas acostada, pero cuando el trabajo te llamó volviste a las tareas de todos los dias: vender cosas con tu voz. Y yo te las compré. Sin quererlo te volviste a vender; y yo sin darme cuenta volví a comprar.
Me agradeciste el post, y me dijiste que cuando corte escriba sobre vos.
Cambiabamos los temas de conversación constantemente, e incluso hablabamos de cosas casi incoherentes con tal de no apoyar el tubo en donde debe estar, para que dure la conversación... para seguirte escuchando.
Pero todo llegó al final, la charla terminó. Y yo escribí sobre vos, como me lo pediste. Pero no porque lo hayas pedido, sino porque yo quise.