Pasé hora, hora y media, hablando con Cintia por teléfono el otro día. En donde, entre otras cosas, nos contamos sueños feos y que soñamos mas de una vez.
El de ella es que va por la calle con la mamá. En la esquina hay un pozo de reparación de la calle, y de pronto un zapato de la madre se cae por ese pozo. Cintia se queda mirando como cae el zapato, y cuando vuelve a levantar la vista la madre ya no está.
Si ese te parece raro, esperá a ver el mío.
Estoy en una habitación gigante, inmensa. Toda de un color uniforme, sin muebles. La habitacion tiene como una forma extraña, con esquinas.
Estoy parado en el centro de la inmensidad del lugar. Y en el piso hay un alfiler (¿?).
Bueno, son cosas indescriptibles.