lunes, marzo 07, 2005

Quien haya viajado mas de dos veces en subte, o en realidad quien haya pasado mas de dos veces por la estación de subte de Constitución no podrá no recordar a aquel vendedor de pañuelos de papel.

Gangoso el señor, con cara que no escatima en fealdad; pero en una fealdad simpática. Ofreciendo pañuelos descartables, dos paquetes por un peso, con su speech repetitivo que uno obligatoriamente oye de fondo mientras hace la filita para sacar el subtepass.

Los vendedores tienen tendencia a poner la palabra al delante de su ofrecimiento, ya sea al mani maní, al chori chori, al pan pan al vino vino o como sea la onda. Este señor de Plaza Prostitución dice:

-Al pañuelo felíz

Cosa de que si uno necesita un pañuelo porque esta llorando debido a una intensa tristeza, uno compra un pañuelo feliz y la pasa bomba.