domingo, marzo 06, 2005

Cambiando de canal

Si uno mira el cielo por las noches ve miles de estrellas.

Cada una de esas estrellas no es mas que un sol lejano, a cientos de años luz.

Un año luz es una distancia tal que la luz tarda un año en recorrerla. Y si una estrella que está a 10 años luz hoy muriese, entonces recien dentro de 10 años dejariamos de verla; ya que la luz que emitió sigue su viaje hasta este punto del espacio.

Teniendo en cuenta eso hace un tiempo pensé que si pusiesemos dos espejos perfectos, uno frente al otro, a una distancia muy importante; supongamos una distancia que la luz tarde 3 segundos en recorrer; y desde uno emitiesemos una señal luminosa en forma de haz hacia el otro espejo, la luz viajaría, rebotaría en el espejo y volvería directamente al origen.

Entonces volvería a rebotar, y volvería al segundo espejo. Y así constantemente.

Entonces podriamos apagar la luz, y el haz quedaría rebotando constantemente, siendo ella misma y los espejos la fuente de energía que la mantienen.

Si acercasemos los espejos a una distancia mucho menor, tambien funcionaría; pero a los fines de la explicación se me hizo mas simple poner una distancia grande.

Si eso no fuese imposible, seria un invento de la puta madre.