lunes, diciembre 06, 2004

Hace un tiempo me llamaron de una empresa, para un trabajo. No se si quien lea esto sabe que trabajo de arreglar y mantener computadoras y redes informáticas. En eso consistia este trabajo.

En esta empresa tenian un problema que no habia visto nunca. Cuando me acerqué, uno de los encargados me comentó que en la oficina andaba todo bien, hasta que compraron una impresora. A partir de ello, todas las demas impresoras dejaron de andar; cosa que si bien es difícil, es mas lógico (mucho mas lógico) que el otro problema: ninguna lapicera volvió a escribir, los sellos se secaron y hasta las calculadoras dejaron de imprimir sus cuentas en los rollitos de papel.

Tomé nota de todos estos hechos, y me senté un momento a pensar. Alguien ofreció un café, lo acepté y, sorbo a sorbo, se me fue ocurriendo el motivo, la explicación de por qué habia sucedido lo que habia sucedido.

La conclusión no tardó en llegar. No habia mas tinta en ningún lado, simplemente, porque el nuevo aparato era chorro de tinta. Obvio que lo metieron en cana, y despues de eso anduvo todo bien.

La próxima, una laser, muchachos.