Hoy entró mamá a casa, y le dije:
-Aaaaayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy, ¡que liiiiiiindoooo! ¿de cuanto estás?
Mi hermana miró desconcertada.
Me acerqué a mi mamá, y le dije:
-¡¡Dale, contame!! ¿de cuanto estás?- mientras le acariciaba la naríz.
Mi hermana se rió mucho, y mi mamá no.