martes, septiembre 14, 2004

Cuando tanta comodidad ya empieza a molestar

(o es peor el remedio que la enfermedad)

Desde epocas remotas convivimos con personas que trabajan en la calle. En todos los actos escolares siempre hubo aquella que con la cara pintada con corcho vendia empanadas, o aquel que prendia los farolitos (uopapa uopapa uopapa uopapa pauá)

No se como habrá sido aquella época, pero sin duda alguna así como a muchos le debia ser util que un tipo le dijese la hora. Pero para otro que por ejemplo recien terminaba un picadito con Belgrano o un asadito con algun que otro amigo y queria dormir debia ser un bajón tener que bancarse un chabón gritando la hora por la calle.

De la misma forma que hoy en día es común por casa escuchar algunas mañanas de sábado soleadas un hombrecillo gritando por un altoparlante adosado a una camioneta de muy dudosa procedencia, avisandole a las señoras que hay treinta huevos por dos pesos.
Las viejas del barrio, chochas. Salen a la puerta a comprar huevos, y de paso se cuentan...
-¿viste que el hijo de la abogada medio que parece llegó borracho anoche? porque como resulta que me contó la Sandra que aparentemente el viernes se recibió de abogado, ¿vistes?
-No, no sabia... pero que cosa, che, la juventú de hoy en dia ¿te parece a vos? en mi época estas cosas no sucedian, no señor

En cambio muchos otros estamos durmiendo placidamente (o no tan placidamente) y nos tenemos que bancar las ofertas que no solo no vamos a usar, sino que ademas no nos importa en lo mas mínimo.

Pero así es la vida, hay que bancarse cosas que uno no quiere y otro si. Porque a uno le toca estar de las dos partes. A mi vieja, por ejemplo, no le gusta ver Futbol de Primera, y sin embargo se lo tiene que bancar.

Pero siguiendo con el tema de la comodidad del hogar de uno, tambien existe la clasica tocadita de timbre para ofrecer desde pastillas para el inodoro hasta pilas, pasando por broches, algun que otro lavarropas, el inodoro mismo con la pastilla la puesta, cinta aisladora, etc. Creo que esto último lo puse en algún post anterior. (Ver este archivo)

Y, crease o no, es una sensación horrible la de atender el timbre y ver que alguien se aproxima a la casa de uno a ofrecer un producto. Aunque si solo fuese ofecerlo no seria tan grave.
Lo peor es la insistencia, "dele señora, son dos pesitos nada mas. ¡Mire que precio!" y lo que empieza siendo un tres por dos pesos, se convierte en un ocho por cincuenta centavos.
Es el trabajo de ese tipo el de ir casa por casa. Entiendo que a el tampoco le gusta, y que de poder hacer otra cosa no me cabe la menor duda que lo haría. Nuevamente, el no tiene la culpa; pero nosotros tampoco. El se ve obligado a hacer eso para vivir, lo obliga la situación que esta viviendo.

Sin embargo podemos llegar a conocer personas que son rompepelotas porque gente de mas arriba las transforma en rompepelotas.

El spam es una cosa desagradable contra la que uno dificilmente puede luchar. Estoy cansado de recibir los mails de xTop o algo así, que ofrecen copias de CDs a tres pesos y de DVDs a diez pesos. Mas de una vez mandé mail diciendo que por favor me borren de su base de datos, pero siguen mandando y mandando.

Sin embargo cuando uno recibe un mail de este tipo directamente se lo selecciona, se lo borra y a otra cosa mariposa. Ahora imaginate que eso mismo que dice el mail, te lo está leyendo una persona. Pero no es como Sprayette que lo mandan por tele, cosa que si vos querés lo ves y si no querés no lo ves. Esto es face-to-face, así de frente mal; una persona batiendote el speech directamente a vos. Ahí no funciona la combinacion webmailera de "Seleccionar todo-Borrar".

Atender el teléfono y que te ofrezcan tarjetas de crédito, alarmas, prestamos, seguro para la casa y/o el auto, telefonos celulares, purificadores de agua, ollas Essen y demas cosas mas o menos útiles es lo menos.

¿Cómo le cortás el mambo a un telemarketer? Me hacen acordar a los pendejos en los boliches, cuando se parlan pendejas y las minas los sacan cagando, pero los tan tarados siguen, dale quete dale, hablando boludeces.

Si la gente definitivamente no atendiese el telefono cuando asoma la llamada de un telemarketer, las empresas no necesitarian de sus servicios.

Alguna vez se me ocurrió directamente cortarle. Suena muy a intolerante, ¿no? pero no es tan así. Fijate vos que le ahorro tiempo a la persona que llama... ¿para qué dejarlo que hable y hable, si la conversacion va a quedar en "no" y nada mas? Sin contar que eso tambien significa dejar de hacer una cosa para atender a una persona que me va a ofrecer algo que de antemano se que no voy a aceptar.
Si paso por la puerta de un negocio que vende equis cosa, ¿no? supongamos canastos de mimbre. Y paso por la puerta sin siquiera mirar la vidriera. Si no voy a comprar, no tiene sentido entrar a pedirle explicaciones de una u otra cosa. Entonces me parece lo mas lógico hacer lo mismo cuando el tema es telefónico.
Pero entonces no le corté, y preferí hacer algo un poco mas aceptable socialmente y no tan desagradable para mi, no se para el que llama, que es directamente decir que sinceramente no tengo ningun tipo de interés en lo que tiene para ofrecer.

Teniendo en cuenta que el telemarketer no es que llama para ofrecer un producto que el mismo elabora y que se puede llegar a sentir mal porque alguien lo rechazó; creo que es la mejor opcion. O sea, si el tipo cocinó una torta que le costó horrores, la ofrece por teléfono y le cortan, se va a querer cortar un huevo. Pero estos tipos te ofrecen cosas venidas directamente de Taiwan, Corea, Japón, China, Avellaneda o vaya uno a saber donde. Les recontra chupa un huevo si le cortás o no.

Una empresa que contrata o subcontrate telemarketers podemos decir que es medianamente grande por lo menos; y siendo que por lo general las empresas medianamente grandes publicitan en mas de un medio, seria lógico que si tengo algún tipo de interés en alguno de sus productos me comunique.
Pero no.