lunes, marzo 27, 2006

Después de tanto tiempo; la semana pasada, al fin, pasaron cosas dignas de contar y de alegrarse.

Recibimos en casa la visita de Jéremie y Julian, dos chicos de Canadá que vinieron a pasar unos días a Buenos Aires.
Por suerte tienen en su poder recuerdos muy lindos... desde la bienvenida que les dio mi abuela con suculentas milanesas a la napolitana con tortilla de papas; hasta algún que otro disco grabado en casa.

El jueves al mediodía llegaron a Buenos Aires; jueves a la tardecita estuve hablando con ellos y ya el Viernes nos encontramos junto con GNRodr -nosotros recien salidos del trabajo- para emprender viaje al Sur de la Ciudad -como diría Norberto-.

Una vez en casa, cenamos, descansamos y nos fuimos de una a Los Natas. Muy bonito el recital, lástima que no pude disfrutarlo del todo porque hacer la laboral día tras día deja sus secuelas.
Lo loco era, por ejemplo, estar levemente bajo los efectos del alcohol -aunque cada vez con mayor deterioro- y hablar en inglés a los ponchazos.
De ahí nos fuimos a hacer la típica de dar vueltas hasta encontrar un bar; y después de mucho renegar volvimos al hogar... donde decidimos mejor ir a un bar. Así fue que caímos en Open, un barsungo de acá de Lanús Ciudad.

-Bueno, gente, van a tener que mostrar las IDs para entrar...-dije. Cuando al patova les dieron las IDs, puso cara de no-se-bien-donde-buscar-la-edad; a lo que los auxiliamos diciendoles que esta gente no es de acá, vinieron de Canadá, que pin que pan...

-Y si vienen de Canadá ¿Qué hacen acá?- preguntó.

Entramos, miramos, caminamos, miramos, tomamos, seguimos mirando... lo de siempre de cuando uno por accidente cae en un lugar lleno de nenitas que ya no son tan nenitas.

El sábado, por fin, vino a casa el Patito; hacía mucho no la veía. Llegó con su carita llena de pecas y con toda esa energía -¿?- positiva que me hace tan bien. Comimos algo y nos fuimos a pasear por Plaza Francia, con Gesto.

A la noche nos comimos un asadito, tomamos algunas cervezas y nos pasamos toda la noche haciendo música -perdón, se pasaron toda la noche haciendo música- hasta entrada la mañana, cuando los canadienses insistieron en tomar mate. Estos canadienses tienen la particularidad de que les gusta mucho tomar mate. Tomar mate, comer asado, comer pastas...

El domingo, quien podria imaginarlo, jugamos al fútbol y nos fuimos todos a dormir temprano: el fin de semana habia sido muy cansador.

Parece que no, pero el esfuerzo mental de tener que pensar en otro idioma cansa mucho fisicamente. Pasar todo el dia esforzandose el doble por hablar -y mas cuando uno habla el doble que el resto de los dias... soy una persona bastante callada, pero con estos chicos había mucho que hablar... además preguntaban muchas cosas sobre el lugar, sobre el idioma. Tanto es así que tuve que agarrar unos libros de gramática y explicar algunas cosas (en inglés)- hace que uno se sienta agobiado al final del día.

A mis hermanos, y a Gesto, les pasó lo mismo.

El lunes vaguearon mientras algunos estudiaban, otros trabajabamos; y el martes nos encontramos en el Obelisco para ir a sacar unos pasajes a Retiro. Fue muy loco caminar por el bolishopping -que buen nombre- de Retiro con estos chicos... lo que hacíamos era que ellos caminen mas adelante, vean lo que les gustaba y me avisen para que yo, sin acento extranjero, pueda consultar los precios y así evitar el inminente garque. Sólo era necesario hacer esto para que no nos caguen; porque en realidad los dos hablan muy bien el español; y eso que llevan solamente un mes estudiandolo.

El miércoles pasearon por el graveyard de Recoleta, tomaron mate y descansaron; hasta que les propuse ir al recital de Jamiroquai.
Llegamos, vimos todo el alucinante show, bailamos, cantamos... lo curioso es que ellos escucharon Jamiroquai por primera vez en vivo; en Buenos Aires, y yendo casi de casualidad, porque me decidí por ir ese mismo día.

De ahí fuimos a Plaza de Mayo, donde vieron a 2 Minutos y a Todos Tus Muertos Reloaded without Fidel; gratarola; finalizando la jornada con suculentos patys por un peso -que salieron dos cada uno- y luego si, por fin, la hora de dormir.

Al día siguiente, 7.30 am, se fueron a Mar del Plata y tengo entendido que ahora deben estar en Las Grutas.

En resumidas cuentas, muy breve, eso es lo que pasó en la semana respecto a la gente de afuera.


También sucedieron otras cosas, como que empecé a ir al psicólogo; algo muy extraño, pero muy satisfactorio. Es como que antes de ir, no tengo ganas de ir. Pero cuando salgo, realmente, me siento mucho mejor.
Creo que antes de ir me siento difícil. Y cuando salgo, me siento un crucigrama terminado, un rompecabezas casi completo, un Sudoku casi lleno.

Esas son las cosas que hay que contar, vistas en forma muy vaga.

Además, se le manda un saludo a Iván.