Artículo 19 Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.
jueves, abril 28, 2005
No es que crea que soy Shakespeare, ¿no?
Pero pocas cosas hay tan graciosas como un cordobés hablando inglés.