jueves, marzo 22, 2007

Conocí a un pibe que era tan pero tan pelotudo, que cuando estaba en la puerta de la casa con los amigos y la madre lo queria llamar, tocaba un silbato por la ventana.

A los 18 años. Y no por una cuestión de salud ni nada, simplemente era la manera de llamarlo.

Y el boludo, iba.