sábado, febrero 04, 2006

Existe una ley/ordenanza/decreto/lo-que-fuere-que-nos-obliga-a-respetarlo-como-ciudadanos que dice mas o menos que cuando en un comercio donde se produce un pago, en caso de que el importe tenga centavos no múltiplos de 5, siempre se redondea de manera tal que el beneficiado sea el cliente*.

O sea, si sale $2.57, me lo tienen que cobrar $2.55 y no $2.60 -como se hace usualmente.

El otro día estaba viendo ese capítulo de Los Simpsons en donde Homero le toca la Venus de jalea a la niñera. Resumiendolo mucho, la niñera lo acusa a Homero de acoso sexual, salen en todos los canales de televisión cosas como talk shows en donde el tema era "madres e hijas peleadas que se unen por su odio a Homero Simpson", gente diciendo "nunca vi a Homero Simpson, no conozco a Homero Simpson, no se quien es Homero Simpson pero... no puedo seguir" y quebrandose en llanto.
Después de toda esa manipulación de los medios aparece Willy diciendo que el filmó ese momento -demostrandose así que Homero no abusó de la niñera, sino que realmente agarró la Venus de jalea-, los medios le piden disculpas y finaliza la historia.
Entonces en la siguiente emisión del programa de televisión donde más le habian dado a Homero hacen un informe sobre "un extranjero que nos filma todo el tiempo" y el nombre del informe es "El fisgón morbosón". Y no pude dejar de reirme porque me causó mucha gracia ese nombre.


El día siguiente a ver ese capítulo, fui a comprar al supermercado chino de casa -y dale quete dale con los chinos- y me llevé un yogur de $2.67. No, mentira. Eran unos flancitos.
Siempre quise decirle "me tenés que cobrar de tal manera, no cagarme siempre los 1/2/3/4 centavos", pero nunca tuve ganas realmente de ponerme a discutir con la china que atiende. Esta vez tenía, posta, dos pesos con sesenta y cinco centavos. Ni un centavo mas, ni uno menos. Sino tenía un billete de veinte, pero no se lo iba a dar.
Fue la oportunidad ideal, y fue la mejor excusa que pude tener -mas allá de que es legítimo- para poder decirle a la china que cobre bien, carajo, como se debe.

Entonces la china me dijo que no, que faltaban 5 centavos.
-No, no... me tenés que cobrar dos con sesenta y cinco

La china puso cara de "no entiendo", me miró, miró el ticket y sin decir ni "mu" abrió la caja y me dio los putos cinco centavos.

Moraleja:
Los chinos son chinos, pero no son boludos.


Salgo del supermercado y caminando hacia mi casa escucho de la tele de algún lado los avances de un noticiero. El locutor dijo, sic, "El obispo manolarga".

Del fisgón morbosón al obispo manolarga... ¿Cuánta diferencia hay?


Y no me digas que cinco centavos


*N. de A.:
Lo mencionado es ley y puede leerse acá y acá