Miles de días han pasado, y he vuelto a usar zapatillas. Bueno, tantos no. Algunos días, nomás. Pero hoy, con la vuelta de las zapatillas, me han saludado y dicho buen día dos pequeños dolorcitos; uno en cada pie.
El diestro, del dedo gordo, que fue doblado hacia abajo. El zurdo, una torcedura de tobillo. Hacía días no sentía esos dolorcitos; pero hoy han vuelto.
Supongo que no les gustó que vuelva a encerrarlos. Voy a descalzarme.