domingo, enero 28, 2007

Vacaciones con cumpleaños de por medio.

Si uno pudiese elegir, elegiría. Elegir requiere cierta responsabilidad, la de asumir luego las consecuencias de esa elección. Sería jodido tomar decisiones que perduraran toda la vida. Durando quizás más o menos, dependiendo de la vida de quién estemos hablando.

Si hubiese podido elegir sobre mi familia, seguramente me hubiese mandado cagadas. Entonces tengo que conformarme con elegir on the fly.

Uno es parte de las cosas, en parte, en la medida en que se siente parte. Y a mi tía, nunca la sentí mi tía. Ni siquiera sentí primos a sus hijos. Siempre, para mí, fue una parte ausente de la familia nunca del todo presente. De hecho, así como nunca hubo acercamiento de mi hacia ellos, de ellos hacia mí tampoco. ¿Sería recíproco? ¿O huyeron de mi cara de orto cada vez que los veia por mera supervivencia?

Estas vacaciones, pasó lo que pasa todos los años: cumplí años y mi tía me regaló lo mismo que en cada oportunidad que tiene que hacerme un regalo: 50 pesitos. Algunas veces 20, otras 30. Pero nunca un regalo. Siempre un billete. Esta vez, fue el mismo día de mi cumpleaños. Creo que en todas las veces anteriores, siempre fue por lo menos dos semanas después. Caía en casa, hablando rápido como habla siempre, me dejaba la plata y se iba. Algunas veces quizás también una bolsita de golosinas, que siempre tenía turrones. La tan turra se quería hacer la buena onda, y me traía cosas que no me gustaban.

Pero hay algo que me provocó casi diría bronca. Este año, como todas las veces, le dije que no, que en realidad no necesitaba esa plata y que no se haga problema. Y me dijo, textual "Dale, aceptala, no me hagás quedar mal".

No hago quedar mal a nadie... solamente no quiero aceptar un regalo hecho de mala gana. Hecho para zafar de la situación. Para sacarse de encima el hecho de hacer un regalo con lo que ello implica: tomarse un tiempo para ir a comprarlo -o hacerlo, o grabarlo, o imprimirlo, o lo que mierda sea-. Mi tía tiene muchas cosas que hacer, incluso en vacaciones, y no tuvo tiempo de comprarme un regalo. Lo peor es que estamos en Brasil, ni siquiera se tomó el tiempo de cambiarlo a reales.

Simplemente quiso salir de la situación. Se sacó un peso de encima -y 49 más de yapa. Lo mismo para navidad. Lo mismo para los cumpleaños de mis hermanos.

En definitiva, a mi tía no la veo nunca -quizás por actitudes como esa. Me nefrega como sea ella porque para mi es una persona cualquiera y ya, tengo cero en común y la poca relación que pueda llegar a tener es insignificante. El verdadero drama es que mi vieja es mi tia en potencia.

Demostrado. Siendo el resultado de la funcion Edad(x) la edad del parámetro, cuando Edad(Graciela) tiende a Edad(Alicia), Graciela tiende a ser Alicia.

Mi vieja, desde hace tiempo, para los cumpleaños compra una torta en algún lado. Para el mío incluso. Sabiendo que en ningún cumpleaños como torta, porque siempre son las compradas del supermercado. Para comprar esa torta, prefiero que no compre nada. Para comprar algo que no me gusta, solamente porque es un cumpleaños y tiene que haber una torta, pero no tiene tiempo para hacerla, prefiero que no compre nada.

Después de la charla de la plata, de aceptarla porque hace quedar mal a mi tía, mi mamá me dijo "Aceptale la plata a tu tía, sino se va a poner mal"

¿Mal? Dejó la plata arriba de la mesa y se fue a hacer algo -no se que, algo-, y después ni siquiera me dijo -¿La plata la agarraste vos o se la llevo otra persona?- ni preguntó si me había comprado algo, ni siquiera dijo "Bueno, vamos a comer q pago yo, pero gastemos mas o menos 50 mangos". Ni preguntó si la cambié. Nada. El mismo interés que al principio.

Y mi vieja, la defiende, lo cual es grave porque quiere decir por lo menos que está de acuerdo.¿Cuando yo tenga hijos les va a regalar 20 moneda que sea en ese momento y va a haber cumplido?

Cuando me compra ropa, siempre me queda chica. Cuando compra la torta para mi cumpleaños, compra con cerezas de esas horribles que les meten, que no me gustan. Dice -hoy comemos pollo al horno!- y aparece con un pollo de Wal Mart adentro de un plástico que le dejó todo el gusto, que a nadie le gusta. Y el resto de los días, comemos lo que cocina otra persona, porque ella no tiene tiempo. Mi mamá es mas contadora que mamá. Algunas veces da la sensación de que no quiere ni quiso ser madre. Siempre saliendo del paso.

Cuando camino por la calle, viendo vidrieras o lo que sea, y veo una cosa para alguien; y encuentro en mi cabeza a la persona adecuada para ese objeto que está delante mío, siento ganas de regalarselo. Comprar un regalo, es eso. Es ver algo y decir "Esto a tal le tiene que gustar".

El hacer un regalo para un cumpleaños es complicado, sobre todas las cosas porque uno tiene que ver el objeto ideal para tal, y el tal ese tiene que cumplir años dentro de poco, o no hace mucho, o justo en ese mismo puto instante -situación que lleva alineación de planetas y demás movidas astrológicas.

Mi vieja, cuando va a comprar un regalo, va 10 minutos antes de ver a esa persona y aparece con algo típico, dependiendo de la persona. Si es mina, una ropita pedorra, o una cadenita, o algo similar. Si es un tipo, una billetera, ponele. Una lapicera. En la era Carlos hubo una época furor de riñonera, por ejemplo. Pero bueno, mi vieja hace eso: sale a ver que encuentra para salir del paso.

Regalazos de la hostia que se mandó fueron la típica de la remera con el nombre del lugar donde había ido, un vaso con el nombre tallado -¿en qué mierda habrá estado pensando en ese momento?- o una mochila (que ella creyó) para campamento que en realidad es una mochila tamaño normal con muchas tiritas y cositas que la hacen tener pinta de mochila piola.

Me acuerdo que una vez en Estados Unidos compró unas, no se, 6 o 7 carteras que estaban 2 dolares cada una. -Por las dudas, para regalar y no quedar mal-

Pero quedás como el orto, regalando algo a alguien a quien en realidad deberías encajárselo porque ni lo quiere, ni lo necesita y porque además esa actitud de mierda se nota desde lejos. Esa hipocresia, ese "no me hagas quedar mal". Si con un "felíz cumpleaños" ya está, ¿para qué querer parecer mas de lo que se es?

-Vos porque sos un desagradecido, porque encima que te regala la plata, decís que no se preocupa!-

Bueno, si. Soy un desagradecido -o malagradecido, o como sea. Tan desagradecido como sería una persona a la que le dejan ganar a algo y no dice gracias, por ejemplo.

De yapa, ví los regalos que lleva mi mamá para la gente, y como dije antes, Graciela tiende a Alicia.